Se ha asociado la composición plasmática de ácidos grasos con la depresión en los ancianos, y en la esquizofrenia se ha descrito menor índice de recambio de los fosfolípidos. En varios tipos de demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer, los niveles de la membrana plasmática bajos de omega-3 constituyen factor de riesgo para esas enfermedades, es así que en personas de mayor edad el consumo de Omega 3 se asocia positivamente con el nivel cognitivo. Hay estudios que pusieron de manifiesto que las personas con bajos niveles de Omega 3 y altos de Omega 6 tienen más propensión a padecer senilidad. El omega 3 puede reducir el deterioro cognitivo en pacientes con Alzheimer poco severo. Sin embargo, parecen no influir en los casos en los que la enfermedad está más avanzada. La enfermedad de Alzheimer tiene un componente inflamatorio, como se ha podido observar en autopsias realizadas a personas que la padecían. Los elementos que facilitan la inflamación se concentran en las partes del cerebro donde en gran medida ocurre el daño de la enfermedad. El Omega 3 actúa como un anti-inflamatorio natural. La dieta y cambios de estilo de vida pueden reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, lo que sugiere que las personas de edad pueden retrasar la aparición de la enfermedad al mantener su mente activa.

La capa interna de las arterias se inflama en menor proporción lo cual conlleva a una menor propensión a obstrucciones cardiacas, es decir menos ataques del corazón y derrames cerebrales.

Y por consiguiente la posibilidad de que ésta se deposite en las paredes de los vasos. El Omega 3 previene la formación de coágulos en la sangre, ayudan a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos, la agregación plaquetaria en las arterias, también se ve disminuida la formación de grasa dentro delas arterias. El colesterol y los triglicéridos (los cuales son un tipo de grasa que se consume en alimentos o son producidos por el hígado) son importantes para que nuestro organismo se mantenga en buena actividad, pero cuando los niveles de ambos son elevados pueden poner a las personas en riesgo de desarrollar una enfermedad cardiaca o un derrame cerebral, ya que la sangre aumenta su viscosidad y se vuelve más espesa, lo que genera problemas en su circulación.

La falta de ácidos grasos Omega · podría causar la vulnerabilidad del músculo cardíaco a las arritmias, una causa común de muerte después del ataque cardíaco.

La capa interna de las arterias haciendo el endotelio se vuelve inflama en menor proporción lo cual conlleva a una menor propensión a obstrucciones cardiacas, es decir menos ataques del corazón y derrames cerebrales. Reduce las probabilidades de desarrollar cáncer, enfermedades coronarias, asma y artritis, a su vez ayuda a disminuir el avance de estas enfermedades en caso de que ya estén presentes.

Especialmente el cáncer de colon, de próstata y de mama, además pueden reducir el tamaño de los tumores e impedir el crecimiento de las células cancerosas o evitar que estas mediante metástasis se reproduzcan en alguna otra parte del organismo. En el cáncer de mama estos ácidos inhiben la acción de los estrógenos que son los causantes del desarrollo de los tumores en el pecho. Las propiedades antiinflamatorias del Omega 3 pueden aprovecharse para el tratamiento de la enfermedad de Crohn, una inflamación crónica del colon.

El menor consumo de ácidos grasos Omega 3 en la dieta occidental se asociaría a un aumento de las enfermedades alérgicas. Asimismo puede ayudar a la resequedad de la piel, desaparición de erupciones de la piel causadas por la soriasis y el eccema o dermatitis atópica.

Se puede presentar casos de colitis ulcerativa en las personas que no cuidan su alimentación esta puede venir acompañada de dolor abdominal y malestar estomacal. Para solucionar estos problemas se necesita restaurará la flora intestinal y consumir Omega 3.

La osteoporosis se manifiesta por la fragilidad que tienen los huesos ante cualquier movimiento fuerte que produciría una lesión seria. Esto se debe principalmente a la poca ingesta de alimentos con calcio en la dieta o por una perdida de este. El Omega 3 ayuda a prevenir la osteoporosis por un doble mecanismo. Impiden la eliminación de calcio a través de la orina y, por otra parte, aumentan la absorción del mismo.

La artritis reumatoidea es una enfermedad inflamatoria por la cual nuestro sistema inmunológico ataca a las articulaciones y en algunos casos otras partes del organismo.

Los alimentos que contienen Omega 3 constituyen una alternativa natural al tratamiento convencional de la artritis reumatoide, ya que reducen los niveles de prostaglandinas que son las responsables de muchos procesos inflamatorios.